Debate

Educación y docente: educador profesional o educador vocacional.



Un docente debe ser educador por vocación. Debe sentir que le gusta y que siente vocación por el trabajo que realiza día a día.

Debe gustarle educar, tratar con alumnos, ha de amar a los niños.
Vocación es con lo que uno se siente identificado, con lo que podrías hacer tu vida siendo feliz.

Es mejor trabajar en algo por lo que sientes vocación, trabajar en lo que te gusta, ya que así lo harás mejor, lo das todo de ti y te entregas al máximo. Si no lo haces, te sentirás frustrado por no haber logrado tus metas de realizar el trabajo que te llena.
Si un docente ejerce la profesión por vocación o profesión se nota rápidamente en la calidad del trabajo, y en los resultados con los alumnos.

Por otra parte, la vocación no mueve el progreso, es la profesionalización del educador lo que lo promueve. Si para nosotros la educación es una profesión, entonces ésta ha de ser ejercida por profesionales.
Únicamente con la vocación no se demuestran las competencias para ejercer la dura tarea del proceso de formación educativa en una persona. Se ha de tener unos conocimientos que habrán ido adquiriéndose junto con la experiencia.

Es importante que la educación sea profesional para que ésta no se empobrezca, para que haya acceso a nueva información, a ideas distintas, al conocimiento de otras posibilidades de intervención práctica,...

Un verdadero profesional si de verdad lo es buscará en su trabajo la misma profesionalidad con vocación o sin ella.
La conclusión que podemos sacer de este debate es que sin vocación ni formación no hay educador. Ambos son requisitos que han de existir necesariamente para la educación.